Una fobia es el miedo en exceso a una actividad, objeto o situación y al peligro inherente de la cosa temida.
Si tu ansiedad detrás del volante te está controlando y evitando que conduzcas cómodamente, o que conduzcas en general, se llama amaxofobia, y es importante enfrentar la fobia para que seas capaz de volver a conducir con confianza. Aquí hay algunas sugerencias para ayudarte a superar tu fobia a conducir.
Una de las causas más frecuentes que puede crear una fobia a conducir es presenciar un accidente o sufrirlo. Esta podría desarrollarse de forma gradual o rápidamente.
Puedes sentir una serie de emociones y reacciones físicas como sudar, dolores de cabeza, labios que hormiguean, dolor en el pecho, palpitaciones del corazón, náuseas, vómito, garganta seca, mareo, piernas “de gelatina”, etc.
Sentirse irreal o fuera de lugar, como si no fueras tú quien está realizando la actividad, o tal vez sientas como si hicieras todo en automático.
Busca consejo y ayuda. Puede ser muy difícil superar una fobia por ti mismo, especialmente si la has dejado crecer durante un período de tiempo, pero las fobias puedes ser tratadas y no buscar ayuda te hará sufrir interminablemente.
Es importante aprender a reducir tu tensión cuando estés al volante, mediante técnicas de relajación.
Vuelve a conducir de manera gradual. Sólo haz esto si has confrontado las reacciones físicas y emocionales a tu fobia con tu terapeuta.
Usa afirmaciones positivas mientras conduces.
Advertencia:
Evita evitar lo inevitable; una fobia te tendrá en sus garras hasta que elijas lidiar con ella. Cuanto más pronto busques ayuda, más pronto podrás regresar a disfrutar una vida normal.
No te des por vencido; las fobias son tratables.